¿Quieres que te diga por qué odio este horrible mundo? Pues lo odio porque no somos capaces de fijarnos en los instantes preciosos que nos regala. Que siempre nos cuentan lo malo, lo horrible, lo devastador, lo apocalíptico... Poner las noticias es como decir: "Venga, hoy, como tengo un buen día, voy a ver las desgracias mundanas!" Porque de lo primero que nos hablan es de las guerras, de los atentados, de lo mal que van nuestros países, de los asesinatos, robos... Y al final (solo si da tiempo) te cuentan alguna anécdota alegre del día.
Hay momentos en los que el mundo se para. Pero no es porque consiguieran salvar a unos niños que estaban a punto de morir, o porque se ha conseguido la cura de una enfermedad. Siempre es por desgracias. Y estoy harta. No quiero vivir en un mundo en el que pesa más lo bueno que lo malo. Y no digo que no quiera saber qué pasa en el mundo, lo único que quiero es que me cuenten cosas buenas que pasen en el otro lado de este precioso planeta que estamos destruyendo poco a poco.
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