Dadle a seguir, no es obligatorio, pero motiva

Si escribo aquí es para desahogarme, no para después que la gente me pregunte y tenga de hablar de ello!

sábado, 31 de diciembre de 2011

Me aburro. Y envidio tanto a Catherine. Ahora ella estará durmiendo abrazada a Benjamin. Y yo estoy aquí sola. Bueno, o casi. De no ser por este niño estaría completamente sola en el mundo. Porque mi hermano esta lejos de aquí; mi padre se muere y mi madre está loca. Nunca tuve su apoyo en nada. Excepto en mi acordada boda con Jerry. Y estaba orgullosa de mí por primera vez en su vida. Pero ahora volvería a no estarlo. Seguro que me diría que no podía tener a este niño y que tenía que casarme cuanto antes y que no puedo volver a estar sola. Que soy joven y hermosa, que tengo que saber aprovechar su herencia. Pero lo que ella no entiende es que no quiero estar con nadie. Que no quiero casarme con nadie. Y tengo a Eustace atado y podría tenerlo aquí con solo tocar una campana. Pero es que por mucho que me repita a mí misma que es lo mejor que voy a conseguir no quiero casarme. Porque no le quiero. Porque yo quiero a Benjamin. Benjamin. Recordar sus besos es tocar el cielo de nuevo. Parezco una adolescente. Tumbada en mi cama mirando al techo soñando despierta. Oigo el picaporte. Vuelvo a la realidad y veo una sombra.
- ¿Estás dormida?- creo oír.
- No.- noto cómo se mueve y le veo la cara gracias a la luz de luna que entra por la ventana.- ¿Benjamin?
-¿Esperabas a otra persona?
-¿Estás loco?- pregunté intentando enfadarme- ¡Si te encuentran aquí a estas horas nos matarán!
-Es tan tarde que ni siquiera eres capaz de enfadarte.- me dijo mientras se sentaba en mi cama.- No puedo dormir, te necesito a mi lado.
Sonreí y le cogí la mano.
-¿Y tú? ¿En qué pensabas?- preguntó tras un rato mirando nuestras manos.
-En nada en especial. En mi hermano, en mi padre, en mi madre...
-¿Les echas de menos?
- Mi madre no. No me quiere. No quiere a nadie. La he decepcionado, nunca ha estado orgullosa de mí. ¿Sabes? En realidad me gustaría ser como ella, pero no soy capaz.
-¿Tú? Pero si eres la mujer más fría, más dura, más insensible del mundo. Si ella es peor que tú, entonces no quiero conocerla.
Me ha hecho reír. Lo ha hecho, lo ha conseguido. Como siempre.
- Vamos, Margie, no tienes que preocuparte por eso. Aquí tienes a gente que te quiere. Siempre te voy a querer, ya lo sabes. Aunque no pueda gritarlo en mi corazón cuento cada segundo que falta para quedarme a solas contigo.
Estamos aquí, tumbados. Él es mi almohada favorita. Me hace sentir muy bien. Cuando estamos solos no me preocupo por nada. Las seis. Tiene que irse. Si Catherine descubre que no está con ella vendrá a esta habitación a decirme que no está. Me da un beso en la frente y se va. Sigo sin poder decirle que le quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario