Es una realidad y no sé cómo sentirme ni cómo reaccionar, no sé qué hacer, qué decir... No sé nada.
Me limito a decirlo con frialdad y algo de miedo, a evitar el tema, a no decir que ha pasado y que mi vida no va volver a ser la misma. No sé si sentirme bien o sentirme mal, no sé si reír, o llorar, pero de una cosa estoy completamente segura:
No van a pisotearme. Pienso coger el toro por los cuernos
Porque por una vez mi orgullo, aunque herido, va a ser fuerte. Fuerte por mí. Fuerte porque es como tiene que ser. Fuerte, porque esa vieja foca monje no me va a volver a preguntar si tengo el apellido de mi padre o si lo dejo de tener, porque no le importa, me apellido así y punto. Y si le jode, pues que se aguante.
¿Quién te lo ha dicho?
ResponderEliminarPues la mami del que te cuento
ResponderEliminarPff, tú pasa, ¿eh? :)
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