La mañana era fría. Nada mas salir del hotel dejé de sentir los pies. El sol brillaba, algo de niebla no me dejaba ver París por completo. Visita panorámica. Cuarta fila en el bus. Paramos, quince minutos para fotos y de nuevo arriba. Ya eran casi las once y media y aún no había ni rastro de la Torre Eiffel.
De repente, a lo lejos, la vimos. Con la niebla se veía algo azulada, pero daba igual, estaba alli. Subimos al segundo piso y la vista era un auténtica maravilla, aunque claro esta, no completa por la niebla. Estuvimos allí más de una hora, aunque yo, podía haberme pasado todo un día. Mirar a mi alrededor y ver tanta belleza me eclipsó, mis problemas desaparecieron por arte de magia, porque París, es especial, París tiene algo, un aroma, un sabor, un color... no sabría como describirlo, es algo único...
Y después de una gran mañana vino una gran tarde. Versalles. Qué genialidad, qué maravilla, qué... no hay como describirlo. Es perfecto, es todo lo que se puede desear. Pero que es lo que consiguieron con construirlo? La guillotina. Un egocéntrico llamado Luis XIV tiene la culpa de todo. Pero qué fácil es culpar a los demás! Las cosas tienen sus consecuencias y si las consecuencias de construir ese gran palacio es el hambre de todo París se dice antes, no dos reyes después. Maria Antonieta. Me da pena. Llegó a París con 14 años. Apenas dos años después se convirtió en reina. Con casi mi edad. Alguien de mi edad reinando! Yo lo único que haría sería lo que hizo ella: disfrutar. Y cuál es el precio de disfrutar, pues encarcelar a su hijo, hacer que cante borracho cantos revolucionarios y la guillotina. En fin...
Dejemos el tema. El barroco y el rococó triunfan el palacio. Qué maravilla. No me canso de decirlo :D
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