Porque después de leer la historia de su vida es lo único que puedo hacer, idolatrarla. La guerra: un sueño roto. Sufrir el hambre en sus propias carnes hace que te des cuenta de que no todo es felicidad en este mundo. Y es querer acabar con la pobreza cuando creces. Es, aun sabiendo que tu vida se acaba, ir a Somalia a colaborar. Es ser una actriz que no se olvida de los demás. Es no creerse una diva. Es pensar que has tenido suerte. Es no drogarse y ser feliz con tu cuerpo aunque pienses que eres fea. Es ser la mujer más guapa y elegante del siglo XX. Y eso gentecilla es ser Audrey Hepburn.
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